¡RENUNCIO!...
A partir de este momento y de ahora en adelante, decido finalmente
renunciar a todo aquello que de una manera u otra me ha impedido ser
mejor de lo que puedo ser y de llegar mas allá a donde debo llegar,
hasta la plenitud de mi ser.
Por eso renuncio a:
La soledad y la tristeza.
Mis temores y limitaciones.
Los malos recuerdos y a lo que no pudo ser
Mi egoísmo y falta de generosidad.
La manipulación y el autoengaño.
El rencor y la falta de perdón.
Mi mal humor y la amargura de mi ser.
El fracaso y la derrota.
Mi apatía y desidia.
La vanidad y la miseria.
Mi indolencia y altivez.
La envidia, la codicia y el chisme.
Mi falsedad e hipocresía.
La deslealtad y la falta de amor propio.
A seguir esperando que las personas y cosas cambien.
Y lo más importante...
Renuncio a todo aquello que me aparta de ti, mi Dios.
Porque Señor yo quiero caminar siempre cerca de ti, te dejo todos
mis afanes y preocupaciones. Hoy renuncio a todo y me vuelvo a ti.
Confiadamente sé que Tú harás la obra en mí, porque yo quiero
cambiar, yo deseo que Tú vivas en mi y hacer tu voluntad. Toma el
control de mi vida, dame fuerzas para seguir, fortaleza para vivir,
amor para dar, y paz para servir.
Amado Dios, tómalo todo, renuncio a todo lo que me aparta de ti,
porque sé que con amor eterno Tú me amas. Con amor Sacrificial e
Incondicional, lo has hecho por mí en la Cruz. Gracias por amarme
así mi Dios.
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