Si estás pensando en separarte por que has descubierto que tu y tu cónyuge son completamente diferentes, estas a punto de cometer un error. Los seres humanos se casan por que se aman, y no por creer que son iguales.
Dios hizo al hombre y a la mujer diferentes, casi opuestos para que se atraerse y complementarse en todo, para que en el matrimonio sean solamente uno y continuen la especie.
Este mensaje de unión y de ayuda mutua que debe haber en las parejas nos lo puso el creador en el organismo como para que jamás lo olvidemos.
Tenemos dos brazos que parecen iguales, pero no lo son. Están colocados en sentido contrario, cada uno en su lugar cumple su misión, lo que hace el izquierdo no puede el derecho, pero juntos construyen el mundo.
Tenemos dos ojos, aunque parecidos, son diferentes. Uno ve más lejos que el otro y este tál vez con más claridad que el primero. Uno solo ve con dificultad, pero ambos divisan el horizonte y llenan luz la vida del ser humano.
Tenemos dos piernas con la misma figura, sin embargo la derecha casi siempre es mas larga que la izquierda y no por eso es mejor o vale más. Una sola no avanza, se cae, pero las dos se apoyan entre si y gracias a ellas camina el genero humano.
¡Ten paciencia! Con el tiempo comprobaras lo maravilloso que es vivir con el ser que se ama.
Lo que no pueda hacer uno lo hará el otro y poco a poco podrán alcanzar el cielo.
Si dejan de verse con ojos críticos, encontraran motivos suficientes para amarse toda la vida.
El matrimonio, gracias a Dios es eso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario